Mail de Gaby…
Al abrir mi correo lo primero que veo es su nombre en la lista y mi corazón se lleno de infinita alegría, ya había olvidado la emoción de recibir un mail.
Al empezar a leerlo me pide perdón por cosas que seguramente me acordaba ayer, pero al momento de empezar a leerlo se me vinieron a la cabeza y al corazón tantas alegrías que no puedo recordar por que nos enojamos.
Recordé las noches de llanto por los desamores, al spider man colgado en la ventana con los ojos desorbitados, a Bruno bailando a Tatiana y como le gustaba verme en las mañanas cepillarme el cabello antes de ir a trabajar y a Gaby diciendome “hola brujita” cuando llegaba en las noches, esas desveladas de platicas interminables sobre cómo queríamos que fuera nuestra vida y que viviríamos juntas o seríamos vecinas toda la vida, que yo tendría una hija que sería la novia de su Bruno, la mariposa panteonera y nosotras en pijama gritándole a Horney que subiera a sacarla, su spaghetti, los viernes de parranda y las carcajadas… lo ojete que éramos con todo mundo ya que con solo mirarnos nos la curábamos de todos, los cafés en la selva, Nexpan con el camino interminable y con esa película de Keanu que nos hizo llorar en el camión camino a Michoacán, la borrachera en la playa, el surfista, la chela congelada, la hamaca que pusimos y que se cayo conmigo arriba, los hot cakes con miel al otro día.
Como olvidarla si la quiero tanto, como recordar por qué nos perdimos de tantas cosas si la quiero tanto, como olvidarla si Bruno y ella me pusieron Bruja…
Al empezar a leerlo me pide perdón por cosas que seguramente me acordaba ayer, pero al momento de empezar a leerlo se me vinieron a la cabeza y al corazón tantas alegrías que no puedo recordar por que nos enojamos.
Recordé las noches de llanto por los desamores, al spider man colgado en la ventana con los ojos desorbitados, a Bruno bailando a Tatiana y como le gustaba verme en las mañanas cepillarme el cabello antes de ir a trabajar y a Gaby diciendome “hola brujita” cuando llegaba en las noches, esas desveladas de platicas interminables sobre cómo queríamos que fuera nuestra vida y que viviríamos juntas o seríamos vecinas toda la vida, que yo tendría una hija que sería la novia de su Bruno, la mariposa panteonera y nosotras en pijama gritándole a Horney que subiera a sacarla, su spaghetti, los viernes de parranda y las carcajadas… lo ojete que éramos con todo mundo ya que con solo mirarnos nos la curábamos de todos, los cafés en la selva, Nexpan con el camino interminable y con esa película de Keanu que nos hizo llorar en el camión camino a Michoacán, la borrachera en la playa, el surfista, la chela congelada, la hamaca que pusimos y que se cayo conmigo arriba, los hot cakes con miel al otro día.
Como olvidarla si la quiero tanto, como recordar por qué nos perdimos de tantas cosas si la quiero tanto, como olvidarla si Bruno y ella me pusieron Bruja…
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